A primera hora de ese día merece la pena asistir al laborioso proceso de vestir a los ocho vecinos con el musgo que se celebra en el convento de San Francisco. La envoltura vegetal que porta cada uno llega a pesar 12 kilogramos.Sus orígenes están difusos. Una vieja leyenda los relaciona con la reconquista por los cristianos de la villa ocupada en aquel entonces por los árabes. Estudios modernos los vincula, sin embargo, con una representación teatral del siglo XV en el ámbito ducal bejarano, entroncada con la tradición universal del “salvaje”.
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Comentarios
Very good
Very good
intéressant
Muy interesante lo que cuentas Ramón